Saúl, al oÃr esto, tomó su lanza amenazándolo y Jonatán comprendió que su padre tenÃa resuelta la muerte de David.
Jonatán se levantó de la mesa lleno de furor y no comió nada el segundo dÃa, ya que estaba triste por las palabras que su padre habÃa proferido contra David.
A la mañana siguiente salió Jonatán al campo para encontrarse con David e iba acompañado por un muchacho.
Cuando el joven se fue, salió David del lugar en que estaba escondido e hizo tres veces una profunda reverencia a Jonatán, inclinándose hasta el suelo. Se abrazaron y lloraron juntos; pero David estaba mucho más conmovido.