Las mujeres cantaban: «Saúl mató a mil, y David a diez mil.»
Saúl se enojó mucho y el refrán no le gustó, pues comentó: «A David le han dado diez mil, y a mà me dan sólo mil; ahora, lo único que le falta es el reino.»
A partir de ese dÃa, Saúl miró a David con malos ojos.
Al dÃa siguiente, un espÃritu malo, venido de Dios, cayó sobre Saúl, que comenzó a delirar en su casa. David, pues, como lo hacÃa otros dÃas, empezó a tocar la cÃtara. Saúl tenÃa una lanza en su mano,
Los servidores de Saúl dijeron esto a David, el cual respondió: «Parece que para ustedes es muy sencillo llegar a ser yerno del rey. Pero ¿se han fijado en que yo soy un hombre pobre y desconocido?»
Le hicieron saber a Saúl lo que habÃa respondido David,