Escribe al ángel de la Iglesia de Sardes: Asà habla el que tiene los siete espÃritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; te creen vivo, pero estás muerto.
Conozco tus obras: no eres ni frÃo ni caliente. ¡Ojalá fueras frÃo o caliente!
Pero porque eres tibio y no frÃo o caliente, voy a vomitarte de mi boca.
Tú piensas: Soy rico, tengo de todo, nada me falta. Y no te das cuenta de que eres un infeliz, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.
Te aconsejo que me compres oro refinado para que te hagas rico, ropas blancas para que te cubras y no tengas que avergonzarte de tu desnudez; por último pÃdeme un colirio que te pondrás en los ojos para ver.