Al ángel de la Iglesia que está en Efeso, escribe: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano y camina en medio de los siete candeleros de oro:
Pero tengo alguna cosa contra ti: toleras a los que tienen la doctrina de Balaán, el que enseñó a Balac a hacer tropezar a los israelitas con la prostitución y las carnes sacrificadas a los Ãdolos.
Lo mismo hacen los que siguen la doctrina de los nicolaÃtas ahà donde ti.
Escribe al ángel de la Iglesia de Tiatira: Asà habla el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de bronce brillante:
Conozco tu proceder, tu amor, tu fe, tu servicio, tu perseverancia y tus últimas obras más numerosas que las primeras.
Pero tengo contra ti que dejas actuar a tu Jezabel, esa mujer que se llama a sà misma profetisa, que enseña a mis servidores y los hace descarriar, pues se prostituyen y comen carnes sacrificadas a los Ãdolos.
Le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere dejar su prostitución.