But the God of all grace, who hath called us unto his eternal glory by Christ Jesus, after that ye have suffered a while, make you perfect, stablish, strengthen, settle you.
Judas, servidor de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que fueron llamadosa la fe, amados por Dios Padre y conservados en Cristo Jesús.
Que abunde entre ustedes la misericordia, la paz y el amor.
AmadÃsimos, tenÃa un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, y me vi obligado a hacerlo para moverlos a luchar por la fe que Dios entregó una vez para siempre a sus santos.
Porque se han deslizado entre ustedes ciertos hombres a los que Dios, de antemano reserva su condenación: son impÃos que hacen de la gracia de nuestro Dios un pretexto para su libertinaje y niegan a nuestro único Dueño y Señor, Cristo Jesús.
Hizo lo mismo con los ángeles que no conservaron su domicilio, sino que abandonaron el lugar que les correspondÃa: Dios los encerró en cárceles eternas, en el fondo de las tinieblas, hasta que llegue el gran dÃa del Juicio.
A pesar de todo esto, ahora, esos hombres obran igualmente: en su delirio, envilecen sus cuerpos, desprecian lo que viene del Señor, blasfeman contra los ángeles.
En cambio, estos hombres insultan y desprecian lo que no pueden entender; y lo que conocen por instinto, como los animales, solamente les sirve para su corrupción.
Cuando ustedes celebran sus comidas fraternales, ellos lo echan todo a perder. Comen como sinvergüenzas sin otra preocupación que la de su propio estómago. Son como nubes llevadas por el viento y que nunca traen la lluvia, como árboles de fines de otoño en los que no se encuentran frutos, dos veces muertos.
Arrojan la espuma de sus vicios como olas agitadas del mar, astros errantes a los que les aguardan para siempre las espesas tinieblas.
y sálvenlos, arrancándolos de la condenación; a los demás trátenlos con compasión, pero con prudencia, aborreciendo hasta las ropas contaminadas por su cuerpo.
Al Dios único que los puede preservar de todo pecado y presentarlos alegres y sin mancha ante su propia gloria,