Muchos imitarán sus vicios, y por su culpa será desprestigiado el camino de la verdad.
Los inspirará el amor al dinero, y se aprovecharán de ustedes con palabras engañosas. Pero ya fue dictada su condenación, y su destrucción es inminente.
Pero en cambio salvó a Lot, hombre recto que se sentÃa profundamente afligido por la conducta desenfrenada de aquella gente viciosa.
Este hombre recto vivÃa en medio de ellos, y su conciencia recta sufrÃa dÃa tras dÃa viendo y oyendo sus crÃmenes.
Pero el Señor sabe librar de la prueba a sus servidores y reserva a los malos para castigarlos en el dÃa del juicio.
En especial esto vale para esa gente que corre tras los peores deseos de su naturaleza y desprecia la majestad del Señor. Son orgullosos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los espÃritus caÃdos,
mientras los ángeles, superiores a ellos en fuerza y en poder, no se permiten ninguna acusación injuriosa en presencia del Señor.
y recibirán lo merecido por su maldad. Se sienten felices por gozar placeres pasajeros. Gente sucia y viciosa, que se aprovechan de ustedes y se portan como glotones en sus comidas fraternas.
No pueden ver a una mujer sin desearla, no se cansan de pecar y de seducir a las almas poco firmes. Son gente maldita, que tienen el corazón ejercitado en la codicia.
Son fuentes sin agua, nubes arrastradas por el huracán, que se convierten en densas tinieblas.
Con sus discursos altisonantes y vacÃos alientan las pasiones y los deseos impuros en aquellos que acababan de liberarse, y los hacen recaer en el error.
Prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues cada uno es esclavo de aquello que lo domina.