El EspÃritu nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe para seguir espÃritus seductores y doctrinas diabólicas.
Aparecerán hombres mentirosos con la conciencia marcada con la señal de los infames.
Estos prohÃben el matrimonio y no permiten el uso de ciertos alimentos, a pesar de que Dios los creó para que los comamos y luego le demos gracias. Asà lo hacen los creyentes que conocen la verdad.
es santificado por la palabra de Dios y la oración.
Si explicas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, alimentado con las enseñanzas de la fe y de la sana doctrina que has seguido.
Rechaza las leyendas vergonzosas, verdaderos cuentos de viejas, y dedÃcate a la piedad como a tu deporte.
Los ejercicios deportivos no es que sirvan de mucho; la piedad, en cambio, es útil fuera de toda discusión, pues Dios le prometió la vida, tanto la presente como la futura.
Aquà tienes una doctrina segura en la que puedes confiar:
sufrimos y luchamos porque tenemos nuestra esperanza puesta en el Dios vivo, salvador de todos los hombres, en especial de los creyentes.
No dejes que te critiquen por ser joven. Trata de ser el modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe y tu vida irreprochable.
Mientras llego, dedÃcate a la lectura, a la predicación y a la enseñanza.
No descuides el don espiritual que recibiste de manos de profetas cuando el grupo de los presbÃteros te impuso las manos.
Ocúpate de estas cosas y fÃjate en lo que dije; asà todos serán testigos de tus progresos.
Cuida de ti mismo y de cómo enseñas; persevera sin desanimarte, pues actuando asà te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.