que en el tiempo fijado dio el testimonio: se entregó para rescatar a todos.
Este es el mensaje del que Dios me ha hecho predicador y apóstol - yo no miento y es pura verdad: enseño a las naciones en forma creÃble y sin errores.
Y no fue Adán el que se dejó engañar, sino la mujer, y por ella vino la desobediencia.
Se salvará, por supuesto, gracias a la maternidad, con tal de que lleve una vida ordenada, perseverando en la fe, el amor y la obra de santificación.