Miren que el Arca de la Alianza del Señor de toda la tierra va a atravesar el Jordán delante de ustedes.
Ahora escojan doce hombres de las doce tribus de Israel, uno por tribu.
En cuanto los sacerdotes que llevan el Arca del Señor de toda la tierra pongan su pie en las aguas del Jordán, las aguas que vienen de rÃo arriba se cortarán y se detendrán en una sola masa.»
Cuando el pueblo salió de su campamento para atravesar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza iban delante. El Jordán corrÃa con mucha agua, desbordando su cauce, por ser el tiempo de la cosecha de la cebada.
Sin embargo, cuando los que llevaban el Arca bajaron al rÃo y sus pies se mojaron en las orillas,
las aguas que venÃan de arriba se cortaron. Se detuvieron las aguas, formando como una represa, muy lejos de aquel lugar, junto a Adam, la ciudad vecina de Sartán. Las aguas que bajaban al mar Muerto fueron bajando hasta detenerse, y asà el pueblo pudo atravesar frente a Jericó.
Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza permanecieron en medio del rÃo que quedó seco, hasta que todos los israelitas atravesaron el Jordán.