Behold, what manner of love the Father hath bestowed upon us, that we should be called the sons of God: therefore the world knoweth us not, because it knew him not.
«Estás viejo y queda un extenso territorio por conquistar y repartir. A saber: toda Galilea, Filistea y Gesuri;
desde el río Sijor frente a Egipto, hasta la frontera con Acarón hacia el norte, que es considerado como cananeo, los cinco príncipes de los filisteos: Gaza, Azoto, Ascalón, Gat, Acarón, y luego los jeveos del sur,
Canaán desde Ara de los Sidonios hasta Afec y los límites con los amorreos.
Al oriente el territorio de los gueblitas y el del Líbano, desde Baal Gad al pie del monte Hermón hasta entrar en Jamat,
y todo el territorio de los habitantes de las montañas, desde el Líbano hasta Misrefat-Maím, los cuales son sidonios. Yo soy el que los derrotaré delante de los israelitas. Por lo tanto, procura que este país pase a ser parte de la herencia de Israel, tal como te lo he ordenado.
Ahora, procede a repartir la tierra que deben poseer las nueve tribus y la media tribu de Manasés.
La otra mitad y las de Rubén y Gad ocupan ya la tierra que les entregó Moisés al este del Jordán,
desde Aroer, situada a orillas del Arnón, incluyendo la ciudad en medio del valle, hasta la llanura de Madaba y Dibón.
Todas las ciudades de Sijón, rey de los amorreos, que vivió en Jesebón, hasta la frontera con Ammón.
Galaad, Gesuri y Macati, el monte Hermón y todo Basán hasta Saleca.
El reino de Og, en Basán, que vivió en Astarot y Edreí, y era descendiente de los refaím, pueblo derrotado y aniquilado por Moisés.
Los israelitas no exterminaron a los de Gesuri y Macati, los cuales siguen viviendo entre ellos hasta la fecha.
Moisés no le dio ninguna posesión a la tribu de Leví, porque estaban consagrados al servicio de Yavé.
Moisés había otorgado a la tribu de los hijos de Rubén lo que llegó a ser su territorio.
Desde Aroer, a orillas del río Arnón, con el pueblo que está en medio del río y la meseta junto a Madaba;
Jesebón y todos sus pueblos que están sobre la meseta: Dibón, Bamot-Baal y la ciudad de Baalmon,
Jassá, Cedimot, Mefat,
Cariatiarim, Sabana, Saratasarar en el monte del valle.
Bet-Peor en las pendientes del Fasga, Betiesimot
y todas las ciudades del valle, los dominios de Sijón, rey de los amorreos, que vivió en Jesebón. Este rey había sido derrotado por Moisés igual que los príncipes de Madián, Heví y Recem, y los jefes Sur, Hur y Rebe, que habitaban esas tierras y pagaban impuestos a Sijón,
así como Balaam, hijo de Beor, que los israelitas mataron entre otras víctimas.
En resumen, el río Jordán fue la frontera de los rubenitas. Esta fue la herencia de los hijos de Rubén, según sus familias, con sus ciudades y aldeas.
Moisés había dado a la tribu de Gad, divididos en sus familias, lo que llegó a ser su territorio:
Yazer y todas las ciudades de Galaad, con la mitad del país de los amonitas hasta Aroer, ciudad fronteriza con Rabba;
desde Majanaím hasta Lodebar.
El valle de Betaram, Betnimra, Socot y Safón, restos del reino de Sijón, rey de Jesebón: la tierra se extiende entonces desde el Jordán hasta el mar de Quineret al este del Jordán.
Tal fue la herencia de los hijos de Gad según sus familias, con sus ciudades y aldeas.
La media tribu de Manasés también recibió de Moisés la parte que le correspondía.
Desde Majanaím, todo Basán, y los sesenta pueblos de la comarca de Jaír en Basán.
La mitad de Galaad, Astarot y Edreí, ciudades del reino de Og, fueron atribuidas a los hijos de Maquir, hijo de Manasés, es decir, la mitad de los hijos de Maquir, según el número de sus familias.
Esta es la herencia que repartió Moisés mientras estaba en las estepas de Moab al este del Jordán, frente a Jericó.
Pero a la tribu de Leví, Moisés no le dio ninguna posesión de tierra; porque Yavé, Dios de Israel, es su herencia, como se lo tiene dicho.