¿Cuándo sucederá eso? ¿Cómo será? Sobre esto, hermanos, no necesitan que se les hable,
pues saben perfectamente que el dÃa del Señor llega como un ladrón en plena noche.
Cuando todos se sientan en paz y seguridad, les caerá de repente la catástrofe encima, lo mismo que llegan los dolores de parto a la mujer embarazada, y nadie podrá escapar.
Pero ustedes, hermanos, no andan en tinieblas, de modo que ese dÃa no los sorprenderá como hace el ladrón.
Todos ustedes son hijos de la luz e hijos del dÃa: no somos de la noche ni de las tinieblas.
Entonces no durmamos como los demás, sino permanezcamos sobrios y despiertos.
A los que les gusta la cama duermen en la noche, y a los que les gusta tomar se emborrachan en la noche.
Nosotros, en cambio, por ser del dÃa, permanezcamos despiertos; revistámonos de la fe y del amor como de una coraza, y sea nuestro casco la esperanza de la salvación.
Pues Dios no nos ha destinado a la condenación, sino a que hagamos nuestra la salvación por Cristo Jesús, nuestro Señor.
Eviten toda clase de mal, dondequiera lo encuentren.
Que el Dios de la paz los haga santos en toda su persona. Que se digne guardarlos sin reproche, en su espÃritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor.