Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Aunque la levadura sea poca, hace fermentar toda la masa.
Tengo la convicción en el Señor de que piensan como yo, pero el que los perturba, sea quien fuere, debe ser juzgado.
Por mi parte, hermanos, si mantuviera la circuncisión: ¿creen que seguirÃa siendo perseguido? Pero con eso habrÃa removido el escándalo de la cruz.
Nuestra vocación, hermanos, es la libertad. No hablo de esa libertad que encubre los deseos de la carne, sino del amor por el que nos hacemos esclavos unos de otros.
Pues la Ley entera se resume en una frase: Amarás al prójimo como a ti mismo.
Pero si se muerden y se devoran unos a otros, ¡cuidado!, que llegarán a perderse todos.
Por eso les digo: caminen según el espÃritu y asà no realizarán los deseos de la carne.
Pues los deseos de la carne se oponen al espÃritu, y los deseos del espÃritu se oponen a la carne. Los dos se contraponen, de suerte que ustedes no pueden obrar como quisieran.
Pero dejarse guiar por el EspÃritu, no significa someterse a la Ley.
Es fácil reconocer lo que proviene de la carne: libertad sexual, impurezas y desvergüenzas;
culto de los Ãdolos y magia; odios, ira y violencias; celos, furores, ambiciones, divisiones, sectarismo
y envidias; borracheras, orgÃas y cosas semejantes. Les he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
En cambio, el fruto del EspÃritu es caridad, alegrÃa, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre y dominio de sà mismo. Estas son cosas que no condena ninguna Ley.
Los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus impulsos y deseos;