Seis dÃas antes de la Pascua fue Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús habÃa resucitado de entre los muertos.
Allà lo invitaron a una cena. Marta servÃa y Lázaro estaba entre los invitados.
MarÃa, pues, tomó una libra de un perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies a Jesús y luego se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume.
Judas Iscariote, el discÃpulo que iba a entregar a Jesús, dijo:
«Ese perfume se podrÃa haber vendido en trescientas monedas de plata para ayudar a los pobres.»
En realidad no le importaban los pobres, sino que era un ladrón, y como estaba encargado de la bolsa común, se llevaba lo que echaban en ella.
Entonces tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Rey de Israel!»
Jesús les contestó: «TodavÃa por un poco más de tiempo estará la luz con ustedes. Caminen mientras tienen luz, no sea que les sorprenda la oscuridad. El que camina en la oscuridad no sabe adónde va.