Jesús usó esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les querÃa decir.
Jesús, pues, tomó de nuevo la palabra: En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y las ovejas no les hicieron caso.
Yo soy la puerta: el que entre por mà estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento.
El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud.
Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
No asà el asalariado, que no es el pastor ni las ovejas son suyas. Cuando ve venir al lobo, huye abandonando las ovejas, y el lobo las agarra y las dispersa.