Cuando las entregue en tus manos y tú las derrotes, los exterminarás según la ley del anatema. No harás alianza con ellas ni les tendrás compasión.
No te emparentarás con ellas, dando tus hijas a sus hijos, ni tomando sus hijas para tus hijos,
Te amará, te bendecirá y te multiplicará. Te concederá numerosos hijos y cosechas abundantes: trigo, vino y aceite; multiplicará las crÃas de tus vacas y de tus ovejas en la tierra que prometió a tus padres para ti.
El mismo irá achicando a tu vista estas naciones poco a poco y por partes, pues no te conviene acabar con ellas de una sola vez, no sea que se multipliquen contra ti las fieras salvajes.