Pero, si tu corazón se desvÃa y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses para servirlos,
yo declaro hoy que perecerás sin remedio. No durarás largo tiempo en el paÃs que vas a ocupar al otro lado del Jordán.
Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia.