si van a servir a otros dioses y se postran ante ellos, sean el sol, o la luna, o las estrellas del cielo, respecto a los cuales no te di ningún mandato,
en cuanto te lo denuncien o en cuanto lo sepas, empezarás por investigar bien todo. Si compruebas que esta abominación se ha cometido en Israel,
sacarás a las puertas de la ciudad al hombre o a la mujer que cometieron esta fechorÃa, y los apedrearás hasta que mueran.
Exigirás las declaraciones de dos o tres testigos para condenarlos a muerte. Nadie será condenado a muerte por la acusación de un solo testigo.