Pues ahora ustedes sabrán que el Hijo del Hombre tiene en la tierra poder para perdonar pecados.»
Y dijo al paralÃtico: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.» El hombre se levantó, y ante los ojos de toda la gente, cargó con su camilla y se fue.
La gente quedó asombrada, y todos glorificaban a Dios diciendo: «Nunca hemos visto nada parecido.»
Jesús les contestó: ¿«Quieren ustedes que los compañeros del novio ayunen mientras el novio está con ellos? Mientras tengan al novio con ellos, claro que no pueden ayunar.
Pero llegará el momento en que se les arrebatará el novio, y entonces ayunarán.
Y nadie echa vino nuevo en envases de cuero viejos, porque el vino harÃa reventar los envases y se echarÃan a perder el vino y los envases. ¡A vino nuevo, envases nuevos!» (Mt 12,1; Lc 6,1)
Un sábado Jesús pasaba por unos sembrados con sus discÃpulos. Mientras caminaban, los discÃpulos empezaron a desgranar espigas en sus manos.
Los fariseos dijeron a Jesús: «Mira lo que están haciendo; esto está prohibido en dÃa sábado.»