En ese momento, un tal Simón de Cirene, que es el padre de Alejandro y de Rufo, volvÃa del campo; los soldados le obligaron a que llevara la cruz de Jesús.
Lo llevaron al lugar llamado Gólgota, o Calvario, palabra que significa «calavera».
Al oÃrlo, algunos de los que estaban allà dijeron: «Está llamando a ElÃas.»
Uno de ellos corrió a mojar una esponja en vinagre, la puso en la punta de una caña y le ofreció de beber, diciendo: «Veamos si viene ElÃas a bajarlo.»
Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
En seguida la cortina que cerraba el santuario del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
Al mismo tiempo el capitán romano que estaba frente a Jesús, al ver cómo habÃa expirado, dijo: «Verdaderamente este hombre era hijo de Dios.»