Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Porque muchos reivindicarán lo que es mÃo, y dirán: «Yo soy el que están esperando», y engañarán a muchos.
Cuando oigan hablar de guerras y de rumores de guerra, no se alarmen, porque eso tiene que pasar, pero todavÃa no será el fin.
Habrá conflictos: nación contra nación, y reino contra reino. Habrá terremotos y hambre en diversos lugares. Estos serán los primeros dolores del parto.
Pero ustedes preocúpense de sà mismos, porque van a ser apresados y entregados a los tribunales judÃos, serán azotados en las sinagogas y tendrán que presentarse ante los gobernadores y reyes por mi causa, para ser mis testigos ante ellos.
Porque primero el Evangelio tiene que ser proclamado en todas las naciones.
Cuando sean arrestados y los entreguen a los tribunales, no se preocupen por lo que van a decir, sino digan lo que se les inspire en ese momento; porque no serán ustedes los que hablarán, sino el EspÃritu Santo.
El hermano entregará a la muerte al hermano y el padre al hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y les darán muerte.
Y serán odiados por todos a causa de mi nombre. Pero el que se mantenga firme hasta el fin se salvará.
Porque en aquellos dÃas habrá tal angustia como no hubo otra igual desde el principio de la creación hasta los dÃas presentes, ni la habrá en el futuro.
En verdad les digo que no pasará esta generación sin que ocurra todo eso.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Por lo que se refiere a ese DÃa y cuando vendrá, no lo sabe nadie, ni los ángeles en el Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre. (Mt 24,42; 25,13; Lc 12,32; 21,34)