Es a Juan a quien se referÃa el profeta IsaÃas cuando decÃa: Una voz grita en el desierto: Preparen un camino al Señor; hagan sus senderos rectos.
Además de la piel que llevaba colgada de la cintura, Juan no tenÃa más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre.
Ya tiene la pala en sus manos para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus bodegas, mientras que la paja la quemará en el fuego que no se apaga.»