En cambio, según ustedes, es correcto decir a su padre o a su madre: Lo que podÃas esperar de mÃ, ya lo tengo reservado para el Templo.
En este caso, según ustedes, una persona queda libre de sus deberes para con su padre y su madre. Y es asà como ustedes anulan el mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones.
En cambio lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impura a la persona.
Del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes.
Estas son las cosas que hacen impuro al hombre; pero el comer sin lavarse las manos, no hace impuro al hombre.»
Jesús marchó de allà y se fue en dirección a las tierras de Tiro y Sidón.
Una mujer cananea, que llegaba de ese territorio, empezó a gritar: «¡Señor, hijo de David, ten compasión de mÃ! Mi hija está atormentada por un demonio.»
La gente quedó maravillada al ver que hablaban los mudos y caminaban los cojos, que los lisiados quedaban sanos y que los ciegos recuperaban la vista; todos glorificaban al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discÃpulos y les dijo: «Siento compasión de esta gente, pues hace ya tres dÃas que me siguen y no tienen comida. Y no quiero despedirlos en ayunas, porque temo que se desmayen en el camino.»
Sus discÃpulos le respondieron: «Estamos en un desierto, ¿dónde vamos a encontrar suficiente pan como para alimentar a tanta gente?»
Jesús les dijo: «¿Cuántos panes tienen ustedes?» Respondieron: «Siete, y algunos pescaditos.»
Entonces Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo.