Les tocamos la flauta y ustedes no han bailado; les cantamos canciones tristes y no han querido llorar.
Porque vino Juan, que no comÃa ni bebÃa, y dijeron:
Está endemoniado. Luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: Es un comilón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores. Con todo, se comprobará que la SabidurÃa de Dios no se equivoca en sus obras.»
Entonces Jesús comenzó a reprochar a las ciudades en que habÃa realizado la mayor parte de sus milagros, porque no se habÃan arrepentido:
Yo se lo digo: Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que ustedes en el dÃa del juicio.
Y tú, Cafarnaún, ¿subirás hasta el cielo? No, bajarás donde los muertos. Porque si los milagros que se han realizado en ti, se hubieran hecho en Sodoma, todavÃa hoy existirÃa Sodoma.
Por eso les digo que, en el dÃa del Juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que ustedes.»
En aquella ocasión Jesús exclamó: «Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. SÃ, Padre, pues asà fue de tu agrado.
Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos.
Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer.