Entonces AmasÃas, sacerdote de Betel, le mandó este recado a Jeroboam, rey de Israel: «Amós está conspirando contra ti en pleno centro de Israel. No hay que permitirle que siga hablando,
pues dice que a ti te matarán a espada y que Israel será llevado al destierro, lejos de su patria.»
Luego AmasÃas fue a decirle a Amós: «Sal de aquÃ, visionario; vete a Judá, gánate allá la vida dándotelas de profeta,
pero no profetices más aquà en Betel, que es un santuario real, un templo nacional.»
Amós le replicó: «Yo no soy profeta ni uno de los hermanos profetas; soy cuidador de rebaños y trato los sicómoros.