pisotean a los pobres en el suelo y les impiden a los humildes conseguir lo que desean. Padre e hijo, faltándole al respeto a mi santo Nombre, tienen relaciones con la misma mujer;
tomando las ropas empeñadas, se acuestan cerca de cualquier altar, y con el vino de las multas se emborrachan en la Casa de su Dios.
Yo, sin embargo, en atención a ustedes, destruà a los amorreos, tan altos como cedros y tan forzudos como encinas, cortándoles sus ramas y arrancándoles sus raÃces.