But the God of all grace, who hath called us unto his eternal glory by Christ Jesus, after that ye have suffered a while, make you perfect, stablish, strengthen, settle you.
El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro de treinta metros de alto por tres metros de ancho, y la colocó en el llano de Dura, en la provincia de Babilonia.
El rey Nabucodonosor mandó a los funcionarios, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces y abogados de toda la provincia, para que se reunieran y asistieran a la inauguración de la estatua
Se reunieron, pues, los funcionarios, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, abogados y jueces y todas las autoridades provinciales, para la dedicación de la estatua levantada por el rey Nabucodonosor
Un mensajero proclamó con voz fuerte: «Hombres de toda raza, nación y lengua,
en el momento en que oigan la trompeta, la flauta, la cÃtara, la sambuca, el salterio, la zampoña y cualquier música, ustedes tendrán que postrarse y adorar la estatua de oro erigida por el rey Nabucodonosor.
Los que no se postren y la adoren, serán echados inmediatamente a un horno de fuego ardiente.
Por eso, en cuanto se oyó la trompeta, la flauta, la cÃtara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, los hombres de todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro erigida por el rey Nabucodonosor.
Algunos magos, sin embargo, fueron a denunciar a los judÃos.
Dijeron al rey Nabucodonosor: «¡Viva el rey eternamente!
Tú, ¡oh rey!, has ordenado que al oÃr las trompetas, todos se postren y adoren la estatua de oro,
y que aquellos que no se postren para adorarla sean arrojados en el horno ardiente.
Y hoy no podemos abrir la boca, la vergüenza y la humillación han alcanzado a los que te sirven y te adoran
No nos abandones para siempre, por amor de tu Nombre no rechaces tu alianza
No nos retires tu misericordia, por Abraham, tu amigo, por Isaac, tu siervo, por Israel, tu santo,
a quienes tú prometiste multiplicar su raza como las estrellas del cielo y como la arena de la orilla del mar
Porque, Señor, hemos pasado a ser la nación más pequeña de toda la tierra y somos humillados a causa de nuestros pecados
En esta hora ya no tenemos rey, ni profeta, ni jefe; no podemos ofrecerte vÃctimas, sacrificios, ofrendas ni incienso. No tenemos un lugar en que presentarte las primicias de nuestras cosechas y asà conseguir tu favor
Pero, a lo menos, que al presentarnos con alma contrita y espÃritu humillado te seamos agradables, más que cuando Ãbamos con carneros y becerros consumidos por el fuego y con miles de gordos corderos
Que hoy este sacrificio nuestro nos consiga tu favor, pues sabemos que los que confÃan en ti jamás serán defraudados
Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro. No nos dejes en la humillación,
sino trátanos de acuerdo a tu bondad y según la abundancia de tu misericordia.
LÃbranos de acuerdo a tus maravillas, y da, Señor, gloria a tu Nombre
Queden confundidos los que maltratan a tus siervos, sean cubiertos de vergüenza, privados de todo su poder;
aplasta tú su fuerza, y sepan que tú eres el único Dios y Señor, glorioso por toda la tierra
Los siervos del rey, que los habÃan arrojado al horno, no cesaban de atizar el fuego con petróleo, alquitrán, estopa y sarmientos,
tanto que las llamas se elevaban por encima del horno unos veinticinco metros,
y al extenderse abrasó a los caldeos que se encontraban alrededor del horno
Pero el ángel del Señor bajó al horno junto a AzarÃas y sus compañeros; empujó fuera del horno la llama de fuego,
y les sopló, en medio del horno, como una frescura de brisa y de rocÃo, de modo que el fuego no los tocó ni les causó dolor ni molestia
Entonces los tres, a coro, se pusieron a cantar, glorificando y bendiciendo a Dios dentro del horno, y diciendo
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente BBendito sea tu santo y glorioso Nombre, cantado y exaltado eternamente
Bendito seas en el templo de tu santa gloria, cantado y alabado eternamente
Bendito seas en el trono de tu reino, cantado y glorificado eternamente
Bendito seas tú, que sondeas los abismos, que te sientas sobre querubines, alabado y ensalzado enternamente
Bendito seas en el firmamento del cielo, alabado y glorificado eternamente
Obras todas del Señor, bendÃganlo, alábenlo, ensálcenlo eternamente
Angeles del Señor, bendÃganlo, alábenlo y glorifÃquenlo eternamente
Cielos, bendigan al Señor, alábenlo y ensálcenlo eternamente
Aguas todas del cielo, bendigan al Señor, alábenlo y exáltenlo eternamente
Potencias todas del Señor, bendigan al Señor, alábenlo y ensálcenlo eternamente
Sol y luna aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Astros del cielo aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Lluvia y rocÃo aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Vientos todos aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Fuego y calor aalábenlo y ensálcenlo eternamente
FrÃo y ardor aalábenlo y ensálcenlo eternamente
RocÃos y escarchas aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Hielos y frÃo aalábenlo y ensálcenlo enternamente
Heladas y nieves aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Noches y dÃas aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Luz y tinieblas aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Rayos y nubes aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Tierra aalábalo y ensálzalo eternamente
Montes y cerros aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Todo lo que brota en la tierra aalábelo y ensálcelo eternamente
Vertientes aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Mares y rÃos aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Ballenas y peces aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Aves todas del cielo aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Fieras y animales aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Hijos de los hombres aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Israel, alábalo y ensálzalo eternamente
Sacerdotes del Señor aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Servidores del Señor aalábenlo y ensálcenlo eternamente
EspÃritus y almas de los justos aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Santos y humildes de corazón aalábenlo y ensálcenlo eternamente
AnanÃas, AzarÃas, Misael bbendigan al Señor aalábenlo y ensálcenlo eternamente
Den gracias al Señor, porque es bueno, porque su misericordia es eterna TTodos los que adoran al Señor, bendigan al Dios de los dioses, alábenlo y reconózcanlo porque su misericordia es eterna
Entonces el rey Nabucodonosor, muy asombrado, se levantó de repente y preguntó a sus consejeros: «¿No echamos al fuego a estos tres hombres atados?» Ellos respondieron: «Indudablemente.»
Dijo el rey: «Pero yo estoy viendo a cuatro hombres que se pasean libremente en medio del fuego, sin sufrir ningún daño, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses.
Funcionarios, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se acercaron para verlos: el fuego no habÃa tenido ningún poder sobre su cuerpo, sus cabellos no estaban chamuscados, sus pantalones no habÃan sufrido ningún daño y ni siquiera tenÃan olor a humo