Aparecen entonces seis hombres desde el lado de la Puerta Alta, que mira al norte: cada cual lleva en la mano un instrumento de muerte, y en medio de ellos veo a un hombre con un traje de lino, que tiene en la cintura una tablilla de escriba. Vienen a ponerse al lado del altar de bronce,
e inmediatamente la Gloria del Dios de Israel, que hasta entonces descansaba sobre los Querubines, se eleva en dirección a la puerta del Templo. Llama al hombre con traje de lino, que lleva en su cintura una tablilla de escriba,
Viejos, jóvenes, muchachas, niños y mujeres, mátenlos hasta acabar con ellos. Pero no tocarán a los que tienen la cruz. Comenzarán por mi Santuario". Comienzan pues con la gente que se encontraba delante del Templo.
Porque les habÃa dicho: "Llenen los patios de cadáveres, el Templo quedará manchado con ellos; luego salgan y maten en la ciudad".
En ese momento, el hombre que llevaba un traje de lino y que tenÃa una tablilla en la cintura, llegó para dar cuenta; declaró: "Hice todo lo que me ordenaste".