Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Dile de mi parte: Naciste en Canaán y de allà saliste; tu padre era el Amorreo y tu madre una Hitita.
Cuando naciste, el dÃa en que viniste al mundo, no habÃan cortado tu cordón, ni te habÃan bañado en agua, ni frotado con sal, ni te habÃan envuelto en pañales.
Nadie tuvo compasión de ti, nadie te cuidó, ni siquiera por piedad; el dÃa en que viniste al mundo, a nadie interesabas y te dejaron en el suelo en medio del campo.
y crece como una hierba del campo! Entonces comenzaste a crecer, te desarrollaste, te convertiste en una jovencita, tu pecho se afirmó y tu cabellera creció; pero estabas desnuda, no tenÃas nada.
Tus joyas eran de oro y plata, tus vestidos de lino fino, hechos con telas preciosas todas bordadas. Te alimentabas de harina fina, de miel y de aceite, y quedaste magnÃfica: un dÃa fuiste la reina.
Más aún, tomaste a tus hijos y a tus hijas que tú me habÃas dado, y se los ofreciste para que los devoraran: ¿y no te bastaba eso que te corrompÃas?
No, pues degollaste a mis hijos y los entregaste para el sacrificio, para que esto fuera mejor que prostituirte, y te olvidaste de los dÃas de tu juventud, cuando andabas desnuda y sin ropa y te debatÃas en tu propia sangre.
te construiste además estrados en todas tus plazas;
en todas las entradas de camino levantaste un montÃculo. Profanaste tu belleza, ofreciste tu cuerpo a cuantos pasaban y te revolcaste en la perdición.
Te prostituiste con los Egipcios tus vecinos bien constituidos, multiplicaste tus liviandades por el puro gusto de molestarme.
Cuando levantabas tu estrado en todas las entradas de camino o en las plazas, no pedÃas tu paga como lo hace la prostituta,
sino que eras la mujer adúltera que busca extraños en vez de su marido.
A las prostitutas les dan un regalo, pero tú, en cambio, dabas regalos a tus amantes; les pagabas para que vinieran de todas partes a envilecerse contigo.
Los que gustan de los refranes te dirán: "De tal madre, tal hija".
Tú eres hija de la madre que aborreció a su marido y a sus hijos, tú eres hermana de tus hermanas que abandonaron a sus maridos y a sus hijos, tu madre era hitita y tu padre, amorreo.
Tu hermana mayor es SamarÃa que vive con sus hijas al lado norte tuyo, tu hermana menor es Sodoma que vive con sus hijas hacia el sur.
Tú no seguiste a medias sus caminos para cometer el crimen, sino que te mostraste más desvergonzada que ellas en todo tu mal proceder.
¿Cuál fue el pecado de tu hermana Sodoma? Era orgullosa, comÃa bien y vivÃa sin preocupaciones, ella y sus hijas no hicieron nada por el pobre y el desgraciado.
Se volvieron arrogantes, hicieron lo que me desagrada, por eso las hice desaparecer como tú lo has visto.
En cuanto a SamarÃa, no cometió ni siquiera la mitad de tus pecados; pero tú has cometido tantas abominaciones que tus hermanas parecen justas a tu lado.
Por eso ahora soporta tu afrenta ya que tus pecados más horribles que los de ellas las hacen aparecer como inocentes. DeberÃas estar roja de vergüenza por haber justificado asà a tus hermanas.
¿No te burlabas de Sodoma y la ponÃas de ejemplo en el tiempo de tu orgullo,
antes que se descubrieran tus maldades? Pues ahora tú eres la burla de Edom y de sus alrededores, y de los filisteos, que te desprecian por todas partes.
Te acordarás entonces de tu conducta y te avergonzarás de ella cuando recibas a tus hermanas, tanto a las mayores como a las menores, cuando te las entregue como hijas, sin renegar en nada de mi alianza contigo.