"Hijo de hombre, profetiza contra los falsos profetas de Israel, profetiza y diles: Escuchen esta palabra de Yavé".
Sí, esto dice Yavé: ¡Ay de estos profetas irresponsables que siguen su imaginación y no han tenido visiones!
Tus profetas, Israel, son como zorros en medio de ruinas.
No han hecho frente ni han construido fortificaciones alrededor de Israel, para que resista el ataque en el día de Yavé.
Dicen: Palabra de Yavé, pero son sólo visiones falsas, predicciones mentirosas. Yavé no los envió, ¿y esperan que él cumpa lo que han dicho?
Cuando dicen: Palabra de Yavé, siendo que yo nada he dicho, ¿no es eso una visión falsa, una profecía mentirosa?
Pero Yavé dice: Me declaro en contra de ustedes debido a sus palabras huecas y a sus visiones de mentira -palabra de Yavé.
Castigaré a los profetas de visiones falsas, de promesas mentirosas; ya no serán admitidos en el consejo de mi pueblo, ni serán más inscritos en la libreta de familia de Israel, ni entrarán en la tierra de Israel: así sabrán que yo soy Yavé. (10) Porque engañaron a mi pueblo, dándole seguridad de paz, cuando no había paz; mi pueblo construye un muro,
Esos profetas engañan a mi pueblo; dicen "paz" cuando no hay paz; mi pueblo se construye un muro y ellos ponen el estuco.
Díganles a los que ponen el estuco: ¡Vendrán la lluvia torrencial, la caída del granizo y el viento de tormenta,
y el muro se caerá! Entonces les dirán: ¿Dónde está el estuco que pusieron en ese muro?
Esto dice Yavé: Mi cólera desencadena un viento tempestuoso, mi furor envía la lluvia torrencial, mi rabia lanza los granizos de la destrucción.
Derribo el muro que habían recubierto de estuco, lo dejo a ras del suelo y quedan al descubierto sus cimientos; cae sobre ustedes y los aplasta. Entonces sabrán que yo soy Yavé.
Cuando mi cólera se desate contra el muro y los que lo estucaron, les preguntarán: ¿Dónde está el muro, dónde los que lo estucaron?
¿Dónde están esos profetas de Israel que profetizaban sobre Jerusalén, y que veían para ella visiones de paz cuando no había paz?- palabra de Yavé.
Vuélvete, hijo de hombre, hacia las hijas de tu pueblo que profetizan por su cuenta; sí, profetiza contra ellas.
Les dirás estas palabras de Yavé: ¡Ay de ustedes que cosen cintas mágicas para todos los puños y tejen velos para las cabezas de cualquier talla! Con eso hacen caer en la trampa a las almas. Ustedes que así atrapan a las almas de mi pueblo, ¿creen que salvarán sus propias vidas?
Por un puñado de cebada o un mendrugo de pan me desacreditan frente a mi pueblo, hacen que mueran los que no deben morir y dejan con vida a los que no deben vivir, engañan a mi pueblo y mi pueblo hace caso a la mentira.
Pues bien, esto dice Yavé: Aborrezco esas cintas con las que cautivan a las almas; las romperé en sus brazos y libraré las almas que ustedes querían atrapar.
Desgarraré sus velos y arrancaré a mi pueblo de las manos de ustedes para que no sea más una presa en manos de ustedes; así sabrán que yo soy Yavé.
Porque desanimaron con mentiras al hombre bueno, siendo que yo no quería que se desanimara. Y le dieron seguridad al malvado, quien no renunció a su mal comportamiento para recuperar la vida.
Por eso, ya no tendrán falsas visiones, sino que libraré a mi pueblo de las manos de ustedes y sabrán que yo soy Yavé.