Ella misma es el libro de los mandamientos, y la Ley de Dios que permanece para siempre. Todos los que la conservan alcanzarán la vida; pero los que la abandonan, morirán.
Vuelve, Jacob, y abrázala ccamina hacia la gloria a la claridad de su luz
No cambies por la de otro puebl lla sabidurÃa que sólo tú tienes
¡Felices somos, Israel ppues sabemos nosotros lo que gusta al Señor!
Valor, pueblo mÃo, tú que conservas el nombre de Israel.
Fuiste vendido a las naciones, pero no para tu destrucción. Por haber provocado la cólera de Dios fuiste entregado a tus enemigos.
porque irritaste a tu Creador ofreciendo sacrificios a los demonios y no a Dios.
Y asà como sus vecinos los han visto cautivos, asà pronto verán la salvación que llega de parte de Dios cuando se manifieste la gloria inmensa y el esplendor del Eterno.
Hijos mÃos, soporten con paciencia el castigo que Dios les ha mandado. Tu enemigo te ha perseguido, pero pronto verás su ruina y pondrás tu pie sobre su cuello.
Mis hijos predilectos caminaron por difÃciles senderos, arrebatados como un rebaño robado por el enemigo.