Señor todopoderoso, Dios de Israel, un alma angustiada, un espíritu turbado es quien te clama.
Señor, escucha y apiádate, porque hemos pecado contra ti.
Tú reinas para siempre, y nosotros perecemos para siempre, Señor todopoderoso.
Dios de Israel, escucha, pues, la súplica de los muertos de Israel. Somos los hijos de los que pecaron en contra de ti y no escucharon la voz del Señor, su Dios; de ahí las calamidades que se nos han apegado.
No te acuerdes de las injusticias de nuestros padres, sino acuérdate en esta hora de tu poder y de tu Nombre.
Sí, tú eres el Señor, nuestro Dios, y nosotros queremos alabarte, Señor.
Por eso pusiste en nuestros corazones tu temor para que invoquemos tu Nombre. Queremos alabarte en nuestro destierro, ya que hemos alejado de nuestro corazón toda la malicia de nuestros padres que pecaron delante de ti.
Aquí estamos, todavía hoy, en este destierro en que nos dispersaste para ser despreciados, maldecidos y condenados, después de todas las faltas de nuestros padres que se alejaron del Señor Dios nuestro.
Escucha, Israel, los mandatos de la vida, pon atención para que puedas discernir.
Israel, ¿por qué moras en tierra de enemigos yy envejeces en un país extrañ
donde te manchas con hombres impuros yy te cuentan entre los que van al abismo
Es que dejaste la fuente de la sabiduría
Si hubieras seguido el camino de Dios ssería la paz tu morada para siempre
Aprende dónde está la prudencia lla fuerza y la inteligencia ppara saber dónde están vida y largos días ttiempos alegres y paz
¿Quién ubicará la sabidurí yy entrará a la bodega de sus tesoros
¿Dónde están ahora los soberano qque dominaban hasta las bestias del camp
y jugaban con las aves del cielo
los que acumulaban plata y oro yy la gente les tenía respet NNunca se cansaban de acumular la plat yy sabían el arte de aprovecharla ¿¿quién podrá contar todas sus obras
Desaparecieron, bajaron al lugar de los muerto yy otros tomaron sus puestos
Una nueva generación goza la lu yy ocupa la tierra qque tampoco sabe los caminos de la sabiduría
No han encontrado sus sendero nni han dado con ella yy sus hijos se han extraviado
De ella no se oyó en Canaá nni fue vista en Temán
No la encontraron los árabes inquietos llos mercaderes de Madián y Temán llos autores de fábulas ni los filósofos nno conocieron el camino de la sabidurí nni descubrieron sus senderos
¡Oh Israel, qué grande es la casa de Dio yy el lugar de su dominio
Alto y ancho, no tiene límites ni medidas
Allí nacieron los antiguos y famosos gigantes ffuertes y entendidos en el arte de la guerra
pero Dios no los eligi nni les enseñó el camino de la sabiduría
Murieron por carecer de prudencia pperecieron por su locura
¿Quién fue al cielo y la trajo ¿¿Quién la bajó desde las nubes
¿Quién atravesó el mar y la encontró ¿¿Quién la comprará a precio de oro
No hay quien conozca su camino nnadie imagina sus senderos
La conoce el que todo lo sabe lla descubrió con su inteligenci eel que arregló la tierra para siempre yy la llenó de animales
El que envía la luz, y la luz llega eel que la llama y vuelve temblorosa
por él se enciendan los astros, llenos de gozo yy cada uno en su puesto vela sobre la noche
Los llama él y responden: ¡Aquí estamos yy brillan alegres a su Creador
Este es nuestro Dios nningún otro se puede comparar a él
Recorrió todos los caminos de la ciencia yy se la dio a su servidor Jacob aa los hijos de Israel, sus predilectos
Después apareció la sabiduría en la tierr yy vino a convivir con los hombres.