Llora durante las noches, las lágrimas corren por sus mejillas. Entre todos sus amantes nadie hay que la consuele. La traicionaron todos sus amigos, ¡y se convirtieron en sus enemigos!
El pueblo de Judá ha sido desterrado; sufre atropellos y dura servidumbre. Vive en medio de pueblos extranjeros y no encuentra descanso; sus enemigos lo persiguieron y le dieron alcance.
Ha perdido la Hija de Sión toda su gloria, sus jefes parecÃan carneros que no encuentran pasto, iban caminando sin fuerzas delante del que los arreaba.
Por eso lloro yo, mis ojos se deshacen en lágrimas porque está lejos el consolador que reanime mi alma. Mis hijos están desolados porque sus enemigos triunfan.
¡Que toda su maldad llegue ante ti, y trátalos como me trataste a mà por todas mis rebeldÃas!, porque mis gemidos son muchos y languidece mi corazón.