Esta es la palabra de Yavé que llegó al profeta Jeremías referente a los filisteos, antes que el Faraón se apoderase de Gaza.
Así dijo Yavé: Desde el norte llegan aguas desbordadas: es un río caudaloso, que inunda el país y cuanto él contiene, las ciudades y sus habitantes. Por todas partes se escuchan gritos, y los habitantes del país se lamentan.
Se oye el martilleo de las herraduras de sus caballos, el ruido de sus carros y el estrépito de sus ruedas. Los padres ya no miran por sus hijos, sus manos están sin fuerza.
Porque ha llegado el día en que serán aniquilados todos los filisteos, y en que Tiro y Sidón verán derrotados hasta sus últimos aliados. Sí, Yavé exterminará a los filisteos, a los restos de la isla de Caftor.
Gaza ha sido rapada, Ascalón está callada; Asdod, resto de los anaquitas, ¿hasta cuándo te vas a hacer cortaduras en tu cuerpo?
¡Ay, espada de Yavé! ¿Hasta cuándo estarás sin descansar? Métete en tu vaina. ¡Párate, tranquilízate!
¿Cómo va a tomar descanso si Yavé le ha dado órdenes? Ascalón y la costa del mar, ésos son sus blancos.