¡A la carga, la caballerÃa! ¡Al asalto, los carros! Adelante, soldados de EtiopÃa, y de Libia, que manejan escudos, y ustedes los de Libia, que tiran flechas con el arco.»
¡Sube a Galaad a buscar bálsamos, virgen, hija de Egipto! ¡Pero es inútil que multipliques tus remedios, pues nada podrá sanarte!
Las naciones se han enterado de tu derrota, la tierra está llena con tus gritos; pues un soldado ha tropezado con otro y ambos han caÃdo al mismo tiempo.
ha caminado a tropezones y se ha venido a tierra. Entonces unos a otros se han dicho: «¡Arriba! Volvámonos a nuestro pueblo y a nuestra patria, lejos de la espada que destruye.»
Pongan este nombre a Faraón: «¡Ruido a destiempo!»
No tengas miedo, Jacoob, mi servidor; no te asustes, Israel. Pues yo estoy aquà para sacarte de tierras lejanas y a tus hijos del paÃs donde están cautivos. Jacob recobrará la calma y vivirá tranquilo, sin que nadie lo moleste.