BibleAll
Home
Bible
Parallel Reading
About
Contact
Login
Verse of the Day
I love the LORD, because he hath heard my voice and my supplications.
Psalm: 116:1
King James Versions
Tamil Bible
Alkitab Bible
American Standard Version
Bible Latinoamericana Spanish
Biblia Ave Maria
Biblia Cornilescu Română
Biblia Cristiana en Espaคol
Bà¸blia da Mulher Catขlica
Elberfelder Bible
Hebrew Bible (Tanakh)
Hindi Bible
Holy Bible in Arabic
Holy Bible KJV Apocrypha
Italian Riveduta Bible
La Bible Palore Vivante
La Bible Darby Francis
La Biblia Moderna en Espaคol
La Biblia NTV en Espaคol
Magandang Balita Biblia libre
Malayalam Bible
Marathi Bible
Tagalog Bible
Telugu Bible
The Holy Bible in Spanish
The Holy Bible RSV
The Vietnamese Bible
Urdu Bible
Zulu Bible Offline
БиблиÑ. Синодальный перевод
Punjabi Bible
Korean Bible
Select Book Name
Génesis
Exodo
LevÃtico
Números
Deuteronomio
Josué
Rut
1 Samuel
2 Samuel
1 Reyes
2 Reyes
1 Crónicas
2 Crónicas
Esdras
NehemÃas
TobÃas
Judit
Ester
Job
Salmos
1 Macabeos
2 Macabeos
Proverbios
Eclesiastés (Qohelet)
Cantar
SabidurÃa
Sirácides (Eclesiástico)
IsaÃas
JeremÃas
Lamentaciones
Baruc
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
AbdÃas
Jonás
Miqueas
Nahún
Habacuc
SofonÃas
Ageo
ZacarÃas
MalaquÃas
Evangelio según San Mateo
Evangelio según San Marcos
Evangelio según San Lucas
Evangelio según San Juan
Hecho de los Apóstoles
Carta a los Romanos
1 Carta a los Corintios
2 Carta a los Corintios
Carta a los Gálatas
Carta a los Efesios
Carta a los Filipenses
Carta a los Colosenses
1 Carta a los Tesalonicenses
2 Carta a los Tesalonicenses
1 Carta a Timoteo
2 Carta a Timoteo
Carta a Tito
Carta a Filemon
Carta a los Hebreos
Carta de Santiago
1 Carta de Pedro
2 Carta de Pedro
1 Carta de Juan
2 Carta de Juan
3 Carta de Juan
Carta de Judas
Apocalipsis
Chapter
Verse
Go
Prev
Bible Latinoamericana Spanish
Next
JeremÃas : 25
Track Name
00:00
00:00
Chapters
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
Aquà viene la palabra que fue dirigida a JeremÃas acerca de todo el pueblo de Judá, el año cuarto del reinado de Joaquim, hijo de JosÃas, y rey de Judá.
JeremÃas, el profeta, la transmitió a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén:
«Hace ya veintitrés años, desde el año trece del reinado de JosÃas, hijo de Amón y rey de Judá, hasta la fecha, que me habla Yavé. Sin descanso, (les predico a ustedes, pero sin que ustedes escuchen.
Además, Yavé, sin cesar,) les ha mandado a sus servidores los profetas, pero ustedes ni los oyeron ni les hicieron caso.
Sus palabras han sido: "Dejen su mala conducta y sus malas acciones, sólo asà podrán ustedes permanecer en el territorio que Yavé concedió a ustedes y a sus padres, siempre y por siempre.
Y no corran tras otros dioses para servirlos y para arrodillarse ante ellos; no me molesten con las obras que hacen sus manos y yo tampoco les haré mal alguno.
Pero ustedes se negaron a oÃrme, dice Yavé; más aún, me han hecho enojar con esas obras, para su propia desgracia."
Por esto, asà se expresa Yavé de los Ejércitos: "Ya que ustedes no quisieron oÃrme cuando les hablaba,
voy a mandar a buscar a una nación del norte, dice Yavé, y la echaré contra este paÃs y sus habitantes; los maldeciré y los convertiré para siempre en motivo de espanto, de burla y de vergüenza.
Suprimiré de su casa las manifestaciones de alegrÃa y de contento, los cantos del novio y de la novia, el ruido de la piedra de molino y la luz de la lámpara.
Todo este paÃs será saqueado y quedará reducido a un desierto, y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años.
Pero, cuando se cumpla este tiempo, castigaré al rey de Babilonia y a su nación por sus crÃmenes; castigaré al paÃs de los caldeos, dejándolo abandonado para siempre.
Haré que se ejecute con este paÃs todo cuanto he pronunciado en su contra, todo lo que está escrito en este libro.
Pues también caerán bajo el dominio de naciones más poderosas y de grandes reyes, y les pagaré según sus actos y según la obra que hicieron sus manos. Visión de la copa de la ira divina. Lo que profetizó JeremÃas contra todas las naciones:
Yavé, Dios de Israel, me habló de esta manera: «Toma esta copa de vino y pásasela a todas las naciones a las que te voy a enviar,
para que beban y se mareen.»
Recibà la copa que me entregaba Yavé, y se la di a beber a todas las naciones a las que me envió:
(A Jerusalén y a las ciudades de Judá, sus reyes y sus prÃncipes, para que queden hechos una ruina, un espanto, una payasada, una maldición, como les está ocurriendo ahora.)
A Faraón, rey de Egipto, con sus ministros, sus prÃncipes y su pueblo,
y a todos los paÃses del occidente, a todos los reyes de Us; a todos los reyes de los filisteos, a Ascalón, Gaza, Ecrón, y a lo que queda de Azoto;
a Edom, a Moab, a los hijos de Ammón;
a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón, a los reyes de las islas que están al otro lado del mar;
a Dedán, a Tema, a Buz y a todos los hombres de cabezas rapadas
que viven en el desierto,
a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media;
a todos los reyes del norte, los que están cerca y los que están lejos, uno detrás de otro; y a todos los reinos que existen sobre la tierra.
Y les dirás: "Esta es la orden de Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Tomen, emborráchense, vomiten; caigan al suelo sin poder levantarse bajo la espada que dirigiré contra ustedes."
Y si se niegan a tomar de la copa que tú les presentes, les dirás: Esto les dice Yavé: Ustedes tienen que beber,
porque la ciudad que lleva mi nombre es la primera que empiezo a castigar, ¿y ustedes quedarÃan sin castigo? No, porque yo mismo dejaré caer la espada contra todos los habitantes de la tierra, dice Yavé de los Ejércitos."
Y tú les comunicarás todas estas cosas y les dirás: Ruge Yavé desde lo alto, y grita desde su santa morada. Ruge con fuerza contra su corral y lanza gritos como los que pisan la uva en el lagar. A todos los habitantes de la tierra, hasta el fin del mundo, ha llegado el eco de su voz.
Pues Yavé abre el proceso de todas las naciones, pone pleito a todo mortal, y a los impÃos los condena a la espada, dice Yavé.
Y añade Yavé: La catástrofe se extiende de nación en nación, y una tempestad inmensa estalla desde los confines de la tierra.
Y las vÃctimas de Yavé se extenderán de uno al otro extremo de la tierra; no las recogerán ni las enterrarán, sino que quedarán tiradas por el suelo como guano.
Pastores, lancen alaridos y griten, revuélquense en la tierra, dueños del rebaño, porque a ustedes les toca ir al matadero y ser ejecutados como carneros escogidos.
No habrá salvación para los pastores ni escapatoria para los dueños.
Escuchen los gritos de los pastores y los alaridos de los dueños del rebaño, porque Yavé ha destruido el pasto,
ya no hay vida en los potreros verdes por el ardor de la cólera de Yavé.
El león ha dejado su guarida, y la tierra se ha convertido en un desierto, bajo los golpes de la espada destructora.
×
×
Save
Close