Wherefore gird up the loins of your mind, be sober, and hope to the end for the grace that is to be brought unto you at the revelation of Jesus Christ;
Tomará luego el pájaro vivo, la madera de cedro, la escarlata y el hisopo, y los mojará, incluso el pájaro vivo, en la sangre del pájaro inmolado sobre el agua fresca.
Rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, y tras declararlo puro, soltará en el campo el pájaro vivo.
El que ha sido purificado lavará sus vestidos, se afeitará todo su pelo, se bañará en agua y quedará puro, y luego volverá al campamento. Pero tiene que quedarse primero siete dÃas fuera de su tienda,
Luego sacrificará el cordero en el lugar donde se sacrifica el sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar puro; porque la vÃctima por el pecado, tanto como la vÃctima por el delito, pertenece al sacerdote: es una cosa muy santa.
Con el aceite restante que tiene en su mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, sobre la sangre de la vÃctima de reparación.
untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el del pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la vÃctima por el delito.
Entonces ofrecerá por la casa un sacrificio por el pecado; tomará dos pájaros, madera de cedro, escarlata e hisopo;
sacrificará uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua fresca,
y tomando la madera de cedro, el hisopo y escarlata, con el pájaro vivo, los mojará en la sangre del pájaro sacrificado y en el agua fresca; luego rociará la casa siete veces.
Asà hará la expiación por la casa con la sangre del pájaro, el agua fresca, el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la escarlata.
Luego soltará el pájaro vivo fuera de la ciudad, en el campo. De este modo hará reparación por la casa, la cual quedará pura.
Esta es la ley para todo tipo de lepra o tiña,
para la lepra del vestido y de la casa,
para los tumores, erupciones y manchas.
Con esto se sabrá cuándo uno es puro o impuro. Esta es la ley de la lepra.»