BibleAll
Home
Bible
Parallel Reading
About
Contact
Login
Verse of the Day
God is our refuge and strength, a very present help in trouble.
Psalm: 46:1
King James Versions
Tamil Bible
Alkitab Bible
American Standard Version
Bible Latinoamericana Spanish
Biblia Ave Maria
Biblia Cornilescu Română
Biblia Cristiana en Espaคol
Bà¸blia da Mulher Catขlica
Elberfelder Bible
Hebrew Bible (Tanakh)
Hindi Bible
Holy Bible in Arabic
Holy Bible KJV Apocrypha
Italian Riveduta Bible
La Bible Palore Vivante
La Bible Darby Francis
La Biblia Moderna en Espaคol
La Biblia NTV en Espaคol
Magandang Balita Biblia libre
Malayalam Bible
Marathi Bible
Tagalog Bible
Telugu Bible
The Holy Bible in Spanish
The Holy Bible RSV
The Vietnamese Bible
Urdu Bible
Zulu Bible Offline
БиблиÑ. Синодальный перевод
Punjabi Bible
Korean Bible
Select Book Name
Génesis
Exodo
LevÃtico
Números
Deuteronomio
Josué
Rut
1 Samuel
2 Samuel
1 Reyes
2 Reyes
1 Crónicas
2 Crónicas
Esdras
NehemÃas
TobÃas
Judit
Ester
Job
Salmos
1 Macabeos
2 Macabeos
Proverbios
Eclesiastés (Qohelet)
Cantar
SabidurÃa
Sirácides (Eclesiástico)
IsaÃas
JeremÃas
Lamentaciones
Baruc
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
AbdÃas
Jonás
Miqueas
Nahún
Habacuc
SofonÃas
Ageo
ZacarÃas
MalaquÃas
Evangelio según San Mateo
Evangelio según San Marcos
Evangelio según San Lucas
Evangelio según San Juan
Hecho de los Apóstoles
Carta a los Romanos
1 Carta a los Corintios
2 Carta a los Corintios
Carta a los Gálatas
Carta a los Efesios
Carta a los Filipenses
Carta a los Colosenses
1 Carta a los Tesalonicenses
2 Carta a los Tesalonicenses
1 Carta a Timoteo
2 Carta a Timoteo
Carta a Tito
Carta a Filemon
Carta a los Hebreos
Carta de Santiago
1 Carta de Pedro
2 Carta de Pedro
1 Carta de Juan
2 Carta de Juan
3 Carta de Juan
Carta de Judas
Apocalipsis
Chapter
Verse
Go
Prev
Bible Latinoamericana Spanish
Next
IsaÃas : 66
Track Name
00:00
00:00
Chapters
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
Asà se expresa Yavé: ¡El cielo es mi trono y la tierra la tarima para mis pies! ¿Qué casa podrÃan ustedes edificarme, o en qué parte fijarÃan mi lugar de reposo,
si todo esto lo ha hecho mi mano y todo esto es mÃo? dice Yavé. Pero en quien fijo realmente mis ojos es en el pobre y en el corazón arrepentido, que se estremece por mi palabra.
Ahora bien se sacrifica a un buey y al mismo tiempo se mata a un hombre; se degüella un cordero pero también se desnuca un perro. Se presenta como ofrenda sangre de cerdo y, si queman incienso, lo queman ante los Ãdolos. Asà como se deleitan en seguir sus caminos, y sus almas quedan felices con sus sucios Ãdolos,
asà también yo me deleitaré maltratándolos y mandaré sobre ellos cosas de que se espantan. Pues yo llamé y nadie contestó, hablé y nadie se dignó escucharme. Han hecho lo que yo considero como malo y han elegido lo que no me gusta.
¡Oigan lo que les dice Yavé a ustedes que se estremecen por su palabra! Sus hermanos, que los odian y que no se juntan con ustedes por causa de mi Nombre, dicen: «Que Yavé demuestre su poder, para que podamos ver la alegrÃa de ustedes.» Pero son ellos los que serán humillados.
Oigo ruidos como un griterÃo que viene de la ciudad, o como voces que salen del Templo: es la voz de Yavé que da su merecido a sus enemigos.
Antes de que llegara el parto, dio a luz; antes de sentir los dolores, tuvo un niño varón.
¿Quién ha oÃdo jamás cosa igual, o ha visto algo semejante, que se pueda dar a luz, en un solo dÃa, a un paÃs entero? ¿Puede una nación nacer toda de una vez? ¡Pues bien, apenas sintió los dolores, Sión dio a luz a todos sus hijos!
Yavé dice: Si yo abro el seno materno, ¿podrá ser que no dé a luz? Pues yo soy el que abro el seno y también el que lo cierro.
Alégrense con Jerusalén, y que se feliciten por ella todos los que la aman. Siéntanse, ahora, muy contentos con ella todos los que por ella anduvieron de luto,
porque tomarán la leche hasta quedar satisfechos de su seno acogedor, y podrán saborear y gustar sus pechos famosos.
Pues Yavé lo asegura: Yo voy a hacer correr hacia ella, como un rÃo, la paz, y como un torrente que lo inunda todo, la gloria de las naciones. Ustedes serán como niños de pecho llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas.
Como un hijo a quien consuela su madre, asà yo los consolaré a ustedes.
Cuando ustedes vean todo esto, les saltará de gozo el corazón y su cuerpo rejuvenecerá como la hierba. La mano de Yavé se dará a conocer a sus servidores y hará que sus enemigos vean su enojo.
Pues he aquà que Yavé se presenta en medio del fuego, montado en los carros de la tempestad. Da rienda suelta a su ardiente cólera, sus amenazas son carbones encendidos.
Porque Yavé va a venir a juzgar, por medio del fuego y a probar a todo mortal. Entonces serán muchas las vÃctimas de Yavé:
los que van a los jardines para purificarse y hacerse santos, y se ponen detrás de uno que está en el centro, que comen carne de cerdo, de culebras o de ratones. Sus obras y artimañas cesarán al mismo tiempo, dice Yavé.
Ahora vengo a reunir a los paganos de todos los pueblos y de todos los idiomas. Y cuando vengan, serán testigos de mi gloria.
Yo haré un prodigio en medio de ellos y, luego, mandaré los sobrevivientes hacia todas las naciones: hacia Tarsis, Lud y Put, Meshek, Tubal y Javan, en una palabra, hacia las tierrras lejanas de ultramar que no saben de mi fama ni han visto mi gloria. Ellos darán a conocer mi gloria entre las naciones a lo lejos,
y de todos los pueblos traerán a todos tus hermanos dispersos como una ofrenda a Yavé, a caballo, en carro, en carretas, a lomo de mula o de camello. Me los traerán a mi cerro santo en Jerusalén, igual que los hijos de Israel me traen sus regalos para el templo de Yavé en vasos puros.
Y Yavé lo afirma: «De entre ellos también tomaré sacerdotes y levitas para mÃ.»
Asà como los nuevos cielos y la nueva tierra que voy a crear durarán para siempre, asà también tu nombre y tu raza permanecerán siempre.
Cada luna nueva y cada sábado, todo hombre vendrá a postrarse ante mÃ, dice Yavé,
y, al salir, verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mÃ. El gusano que los devora no morirá, y el fuego que los quema no se apagará, y todos se sentirán horrorizados al verlos.
×
×
Save
Close