Si dieras a conocer tu Nombre a tus contrarios, serÃa como llama que prende en las ramas secas o como el agua que borbotea en el fuego, y las naciones temblarÃan en tu presencia
Tú has desconcertado a los que vivÃan como justos, y que te recordaban, siguiendo tus caminos. Te enojaste, pues a lo mejor pecamos; hemos actuado mal, pero tendremos salvación.
Nuestro templo, santo y magnÃfico, en que te rezaban nuestros abuelos, ha sido consumido por el fuego; todo lo que nos hacÃa felices está ahora en ruinas.