Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
En seguida mandó al superintendente del palacio, Eliaquim, al secretario Sobná y a los sacerdotes ancianos, vestidos de sacos, a ver al profeta IsaÃas, hijo de Amós,
con este recado: «Esto manda decir EzequÃas: Este es un dÃa de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz.
Lo voy a impresionar por una noticia que recibirá, de manera que vuelva a su paÃs, y en su paÃs será asesinado.»
Se fue el general y encontró al rey de Asur, que estaba atacando a Libna. El general se habÃa informado, en efecto, de que el rey se habÃa retirado de Laquis,
al comunicársele la siguiente noticia: «Taraca, rey de EtiopÃa, ha salido a atacarte.» De nuevo, Senaquerib envió embajadores a EzequÃas
Hace mucho tiempo que tengo eso preparado,-¿no te lo habÃan dicho? Hace años que decidà esto que ahora voy a realizar.
Tú debÃas convertir en ruinas ciudades fortificadas; sus habitantes quedaban sin fuerza, estaban espantados y confundidos. Fueron como la hierba del campo, como el musgo en el techo, o como el trigo verde quemado por la peste.
IsaÃas dijo a EzequÃas: «Esto te servirá de señal: Este año se comerá del trigo sembrado, y el año siguiente lo que brote sin sembrar. Pero al tercer año podrán comer y cosechar, plantar viñas y comer su fruto.
El resto que sobrevivirá del pueblo de Judá, volverá a echar raÃces y a dar fruto.
Senaquerib levantó su campamento y se fue. Y de regreso se quedó en NÃnive. Un dÃa, mientras estaba adorando, dentro del templo, a Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sareser lo asesinaron a puñaladas y se pusieron a salvo en el paÃs de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón.