Wherefore gird up the loins of your mind, be sober, and hope to the end for the grace that is to be brought unto you at the revelation of Jesus Christ;
En seguida mandó al superintendente del palacio, Eliaquim, al secretario Sobná y a los sacerdotes ancianos, vestidos de sacos, a ver al profeta IsaÃas, hijo de Amós,
con este recado: «Esto manda decir EzequÃas: Este es un dÃa de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz.
Lo voy a impresionar por una noticia que recibirá, de manera que vuelva a su paÃs, y en su paÃs será asesinado.»
Se fue el general y encontró al rey de Asur, que estaba atacando a Libna. El general se habÃa informado, en efecto, de que el rey se habÃa retirado de Laquis,
al comunicársele la siguiente noticia: «Taraca, rey de EtiopÃa, ha salido a atacarte.» De nuevo, Senaquerib envió embajadores a EzequÃas
Hace mucho tiempo que tengo eso preparado,-¿no te lo habÃan dicho? Hace años que decidà esto que ahora voy a realizar.
Tú debÃas convertir en ruinas ciudades fortificadas; sus habitantes quedaban sin fuerza, estaban espantados y confundidos. Fueron como la hierba del campo, como el musgo en el techo, o como el trigo verde quemado por la peste.
IsaÃas dijo a EzequÃas: «Esto te servirá de señal: Este año se comerá del trigo sembrado, y el año siguiente lo que brote sin sembrar. Pero al tercer año podrán comer y cosechar, plantar viñas y comer su fruto.
El resto que sobrevivirá del pueblo de Judá, volverá a echar raÃces y a dar fruto.
Senaquerib levantó su campamento y se fue. Y de regreso se quedó en NÃnive. Un dÃa, mientras estaba adorando, dentro del templo, a Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sareser lo asesinaron a puñaladas y se pusieron a salvo en el paÃs de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón.