Su rostro descarado los denuncia y, como Sodoma, muestran sus pecados en vez de esconderlos. ¡Ay de ellos que han preparado su propia ruina!
Digan: «Feliz el justo, pues comerá el fruto de sus obras»; pero: «Pobre del malo, porque le irá mal, y será tratado según las obras de sus manos.»
¡Oh, pueblo mÃo!, chiquillos lo oprimen y mujeres lo gobiernan.
¡Oh, pueblo mÃo!, los que debÃan guiar tus pasos te hacen desviarte y echan a perder el camino que sigues.
Por eso el Señor llenará de sarna la cabeza de las damas de Sión, y quedarán peladas.
Aquel dÃa, el Señor arrancará los adornos, pulseras para los tobillos, cintas y lunetas,
pendientes, brazaletes,
velos, sombreros, cadenillas de pie, cinturones, frascos de perfume y amuletos,
sortijas, aros de nariz,
vestidos preciosos, mantos, chales y bolsos,
espejos, lienzos finos, turbantes y mantillas.
Aquel dÃa, en lugar de perfumes habrá podredumbre; en lugar de cinturón, una cuerda; en lugar de cabello trenzado, cabeza rapada; en lugar de vestidos lujosos, un saco; en vez de un diestro maquillaje, una marca con un hierro al rojo.