Hijo mÃo, no siembres en los senderos del mal: podrÃas cosechar siete veces más.
No pidas al Señor un puesto de dirigente, ni al rey un puesto de honor.
No te hagas pasar por justo ante el Señor, ni por sabio ante el rey.
No aspires a tener un puesto de responsabilidad si no eres lo bastante fuerte para arrancar de raÃz la injusticia: te dejarás intimidar por un poderoso y perderás tu integridad.
No ofendas a la asamblea de la ciudad ni pierdas la confianza de la población.
No cometas dos veces el mismo pecado: basta con uno para que seas castigado.
Rinde homenaje al Señor con toda tu alma, y respeta a sus sacerdotes.
Ama con todas tus fuerzas al que te ha creado, y no abandones a sus ministros.
Teme al Señor y honra al sacerdote; dale su parte como se te ha mandado: las primeras cosechas de tu campo, el sacrificio por el pecado, el lomo de las vÃctimas, las ofrendas santas y las primicias de las cosas sagradas.