El que abiertamente hace el mal se prepara la vergüenza y la confusión; lo mismo ocurrirá con el pecador hipócrita.
No capitules delante de tus pasiones; se volverían contra ti como un toro y te harían pedazos.
Comerían tus hojas y destruirían tus frutos, dejándote como un tronco seco.
Una mala pasión pierde al que la tiene, lo convierte en el hazmerreír de sus enemigos.
Las palabras amables te harán ganar muchos amigos, un lenguaje cortés atrae respuestas benevolentes.
Ten muchos amigos, pero para aconsejarte escoge uno entre mil.
Si has encontrado un nuevo amigo, comienza por ponerlo a prueba, no le otorgues demasiado pronto tu confianza.
Hay amigos que sólo lo son cuando les conviene, pero que no lo serán en las dificultades.
Hay amigos que se transforman en enemigos y que dan a conocer a todo el mundo su desavenencia contigo para avergonzarte.
Hay amigos que lo son para compartir tu mesa, pero que no lo serán cuando vayan mal tus negocios.
Mientras estos marchen bien, serán como tu sombra, e incluso mandarán a la gente de tu casa.
Pero si tienes reveses, se volverán contra ti y evitarán encontrar tu mirada.
Mantente a distancia de tus enemigos y cuídate de tus amigos.
Un amigo fiel es un refugio seguro; el que lo halla ha encontrado un tesoro. ¿Qué no daría uno por un amigo fiel? ¡No tiene precio!
Un amigo fiel es como un remedio que te salva; los que temen al Señor lo hallarán.
El que teme al Señor encontrará al amigo verdadero, pues así como es él, así será su amigo.
Hijo mío, conságrate al estudio desde tu juventud, y hasta cuando tengas blancos tus cabellos progresarás en la sabiduría.
Que sea como un verdadero trabajo, igual como el del labrador o sembrador; cultívala y aguarda sus frutos excelentes. El cultivarla te acarreará preocupaciones, pero pronto gozarás de sus frutos.
La sabiduría les parece a los ignorantes una persona muy severa; el que nada piensa no persevera en ella.
Es para él una carga pesada, una prueba difícil, y pronto la tirará.
La sabiduría defiende su reputación y no quiere revelarse al primero que llega.
Así pues, hijo mío, recibe mis advertencias y no rechaces este consejo:
pon tus pies en sus grillos y coloca tu cuello bajo su yugo;
toma su carga sobre tus hombros y soporta su yugo; no te impacientes por sus cadenas.
Acércate a ella con toda tu alma, y pon todo tu empeño en seguir sus caminos.
Lánzate tras sus huellas, búscala y se dará a conocer; cuando la tengas, no dejes que se vaya.
Porque al fin encontrarás en ella tu descanso y será tu alegría.
Sus grillos facilitarán tus pasos, su collar será tu vestido.
Su yugo será un adorno de oro, y sus cadenas, preciosas guirnaldas de púrpura violeta.
Será tu ornamento, tu túnica de gala; la llevarás en la frente como una diadema de fiesta.
Si tú quieres, hijo mío, llegarás a ser instruido; si te aplicas, se abrirá tu espíritu.
Si quieres escuchar, aprenderás; si pones atención, serás sabio.
Frecuenta la asamblea de los ancianos; si ves ahí un hombre sabio, júntate con él.
Escucha con gusto todo lo que se refiere a las cosas de Dios; no dejes pasar las sentencias de los sabios.
Si ves a un hombre realmente sensato, anda a su casa desde el amanecer, y que tus pies desgasten el umbral de su puerta.
Medita los preceptos del Señor, preocúpate continuamente de sus mandamientos; él te afirmará el corazón y tu recibirás esa sabiduría tan deseada.