Hijo mÃo, conságrate al estudio desde tu juventud, y hasta cuando tengas blancos tus cabellos progresarás en la sabidurÃa.
Que sea como un verdadero trabajo, igual como el del labrador o sembrador; cultÃvala y aguarda sus frutos excelentes. El cultivarla te acarreará preocupaciones, pero pronto gozarás de sus frutos.
La sabidurÃa les parece a los ignorantes una persona muy severa; el que nada piensa no persevera en ella.