¿No es una tristeza mortal que un compañero o un amigo se vuelva enemigo?
¡Oh mal deseo, ¿de dónde saliste para cubrir la tierra de tantos embustes?!
Miren a ese camarada que se aprovecha de la buena fortuna de su amigo: apenas llega la desgracia, se vuelve en su contra.
Miren a ese compañero que sufre por su amigo mientras se aprovecha para llenarse el estómago: apenas llega el peligro, sólo piensa en ponerse a salvo.
Que tu corazón no se olvide de tu amigo, no lo dejes en la miseria si tu te haces rico.
Busca más bien la compañÃa de un verdadero creyente, que tú sepas que es respetuoso de los mandamientos, cuya alma está cerca de la tuya y que compartirá tu sufrimiento si tú fracasas.
Luego mantente firme en la decisión que nacerá de ti, porque nadie merece más tu confianza.
Nuestra propia intuición ve a veces más claro que los siete centinelas que vigilan en lo alto.
Pero sobre todo invoca al AltÃsimo para que te guÃe en la verdad.
Antes de emprender algo hay que pensarlo; antes de cualquier acción hay un proyecto.
Tus opciones orientan tus pasos según cuatro direcciones:
el bien o el mal, la vida o la muerte. La elección que hagas depende de tu propia decisión.
Hay hombres que son buenos para instruir a los demás, pero que no sirven para ayudarse a sà mismos.
El que es bueno para hablar se hace odiar: lo dejarán morir de hambre.
El Señor no lo favorece en nada, porque está desprovisto de sabidurÃa.