Si estás sentado con varias personas, no seas el primero en servirte.
Un poco le basta a un hombre bien educado; una vez en su cama, no le costará respirar.
Un estómago liviano produce un sueño sano; uno se levanta temprano y con la cabeza despejada. En cambio el insomnio, los vómitos y las diarreas esperan al hombre glotón.
Si te has visto obligado a comer mucho, levántate, anda a vomitar al excusado y te sentirás aliviado.