Quien tira piedras a los pájaros, los espanta; quien insulta a un amigo romperá la amistad.
Si has desenvainado la espada contra tu amigo, no te desesperes: puedes volver.
Si has hablado duramente, no temas: es posible la reconciliación. Pero si se trata de ultrajes, de desprecios, de un secreto traicionado o de un golpe traicionero, cualquier amigo se irá.