Ni siquiera el más perfecto de los hombres será algo sin la sabidurÃa que viene de Ti.
Me elegiste como rey de tu pueblo, como juez para tus hijos y tus hijas.
Me has dicho que te construya un templo en la montaña santa, un altar en la ciudad donde habitas, a semejanza de esa Tienda celestial que habÃas preparado para ti desde el principio.
Junto a ti está esa SabidurÃa que conoce todas tus obras, que estaba contigo cuando hacÃas el mundo, que sabe lo que te agrada y está de acuerdo con tus mandamientos.