But the God of all grace, who hath called us unto his eternal glory by Christ Jesus, after that ye have suffered a while, make you perfect, stablish, strengthen, settle you.
Aún no terminaban de llorar a sus muertos y de lamentarse en sus tumbas, cuando tomaron la decisión de perseguir como fugitivos a los que les habÃan suplicado que se fueran.
Una justa fatalidad los impulsó a esta medida extrema y les hizo olvidar todo lo que habÃa pasado: era necesario que nuevos tormentos colmaran la medida de su castigo.
Tu pueblo iba a vivir la experiencia de un viaje increible, mientras ellos tenÃan que experimentar una muerte poco común.
A una orden tuya, toda la creación, con sus propiedades naturales, se renovó desde arriba para proteger a tus hijos.
Se vio a una nube que cubrÃa el campamento con su sombra y que aparecÃa la tierra seca en medio del agua; se abrió en el Mar Rojo un paso seguro, una verde llanura reemplazó a las olas impetuosas,
y todo el pueblo pasó por allÃ. Protegido por tu mano, fueron testigos de esos prodigios asombrosos.
Saltaban como caballos en la pradera, o brincaban como corderos, alabándote porque tú, Señor, los habÃas librado.
Asà podrÃan acordarse de lo que habÃan visto en el paÃs de su destierro, de como el suelo estaba cubierto no por animales sino por mosquitos, y de como el rÃo habÃa botado no peces sino incontables ranas.
Más tarde vieron además como nacÃan pájaros de una manera nueva, cuando el hambre los apretaba y pedÃan una comida más sustancial;
salieron codornices del mar para satisfacer sus necesidades.
Los otros, los pecadores, habÃan sido advertidos por violentas tormentas, antes que cayeran sobre ellos los castigos. Fueron castigados con toda justicia por su propia maldad, porque habÃan mostrado un odio terrible hacia los extranjeros.
Por eso fueron heridos de ceguera como les habÃa ocurrido a los habitantes de Sodoma frente a la puerta de Lot, el justo: se encontraron en la oscuridad y cada uno tuvo que buscar, a tientas, su propia puerta.
Fue como si los diferentes elementos del mundo intercambiaran sus propiedades, igual como en la cÃtara la alternancia de los sonidos cambia el ritmo, conservando sin embargo cada nota su propia tonalidad. Y si se examinan los hechos, eso fue justamente lo que pasó.
Lo que vive en la tierra se adaptó al agua, lo que está hecho para el agua se volvió terrestre.
Las llamas no quemaban a los frágiles insectos que las atravesaban; ni hacÃan que se derritiera el maná, ese alimento divino que debió licuarse como la escarcha en un instante.
¡De cuántas maneras, Señor, has exaltado y glorificado a tu pueblo! Nunca lo has olvidado, sino que lo has asistido siempre y en todas partes.