¡La voz de mi amado! Miren cómo viene saltando por los montes,
brincando por los cerros, mi amado, como una gacela o un cabrito. Ahora se detiene detrás de nuestra cerca, y se pone a mirar por las ventanas, a espiar por las rejas.
Mi amado empieza a hablar y me dice: El: Levántate, compañera mÃa, hermosa mÃa, y ven por acá, paloma mÃa.
Acaba de pasar el invierno, y las lluvias ya han cesado y se han ido.
Han aparecido las flores en la tierra, ha llegado el tiempo de las canciones, se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra.
Las higueras echan sus brotes y las viñas nuevas exhalan su olor. Levántate, amada mÃa, hermosa mÃa, y ven.