No hables demasiado rápido, no te precipites en tu decisión cuando te comprometas delante de Dios, porque Dios está en el cielo y tú, en la tierra: no te comprometas demasiado.
Si estás muy preocupado, te pones a soñar; si prometes demasiado, dirás lo que no conviene.
Si has hecho una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, pues Dios no ama a los tontos: Si lo has prometido, hazlo.
Más vale no prometerle algo que prometer sin cumplirlo:
no sea que por eso sufras un percance y deberás confesar ante su ángel: "¡No lo habÃa pensado!" ¿Necesitas de una promesa que va a irritar a Dios y acarrearte sinsabores?
Los soñadores se comprometen a cada momento sin pensar. pero tú, teme a Dios.
Esto es lo que veo: todo lo que uno puede esperar es comer y beber, y gozar el bienestar mientras trabaja bajo el sol durante los contados dÃas de su vida, tales como Dios se los concedió: esa es su parte.
Cuando un hombre ha recibido de Dios posesiones y riquezas; cuando puede comer, gozar y disfrutar de su trabajo, todo eso es un don de Dios.
A lo menos no piensa en lo corto de la vida mientras Dios le llena el corazón de alegrÃa.