Pues en mi búsqueda de la sabidurÃa me habÃa entregado a los placeres del vino. QuerÃa vivir la experiencia de la locura, para saber al fin lo que conviene a los hombres que hagan bajo el cielo, durante los contados dÃas de su vida.
Todo lo que mis ojos deseaban, me lo concedÃ; no hubo placer del cual me haya privado, pues encontraba mi alegrÃa en todo lo que hacÃa. Asà al menos recogÃa el fruto de mi trabajo.